05 March 2010

By the book

P&G es una marca que ha levantado muchas polémicas. Ha llegado a ser tildada incluso de "satánica", de tener pactos con quién-sabe-quién, y no puedo negar que algunos (as) de sus empleados en puestos directivos y demás sucursales constituyen un verdadero dolor de cabeza laboral.

Pero no existe la perfección ni para ser perfectamente malo, y de repente permiten a sus publicistas, diseñadores y comunicólogos delicias como esta:



Y podremos odiar a los gringos, podremos renegar hasta el hartazgo de su postura imperialista y también de la compañía que ostenta esta pieza de comunicación, pero en el fondo, como esfuerzo publicitario y como llamado emocional, funciona... Y debo decir que lo hace con delicadeza y sensibilidad.

Y eso es lo que debe prevalecer.

¿Notan que no está sobrpensado? ¿Que no hay más mensaje que el necesario? Que no deslumbran de blancura los niños porque sus madres orgullosísimas lavan sus uniformes con tal o cual? Un mensaje. Uno solo. Y el efecto es innegable.

Tan tan.

1 comment:

LUCAS said...

Mi estimao, güeno el ejemplito. Que difícil es ser simple y sencillo para comunicarse. Y más en éstos tiempos en que se ve tan lejano el día en que se inventó el agua tibia.

Ser original no es fácil ni hacer las cosas fáciles es simple. Abundan los retorcidos, los rebuscados y los "geniales" que lo intentan todo menos comunicar.

Así que, de acuerdo contigo: fresco, simple y emocional. Ah, y de paso, anuncian sus productos.